Presentación
Filosofía y Literatura. Convergencias y disonancias del logos
Reflexionar sobre la relación entre filosofía y literatura es hablar de una historia de rivalidad y conflicto, pero también de complementariedad. Existe una larga tradición de pensadores y pensadoras, tal vez el más antiguo de ellos sea Aristóteles con su Poética, -sin olvidar la condena de la poesía en Platón- que han buscado encontrar el estatuto ontológico y epistemológico de la poiesis. La inquietud surge, dice María Zambrano en su lúcido ensayo Filosofía y poesía, en que las mismas palabras, el mismo lenguaje que sirve para decir la verdad puede ser utilizado para narrar hechos ficticios o fantasiosos, es decir, para mentir. A pesar de este riesgo, ¿quién puede negar la fuerza seductora de la literatura y sus potencias didácticas? ¿Quién puede vivir en suma sin recurrir a la ficción y a la narración; a jugar con el lenguaje?
En el presente dossier se incluyen trabajos que repasan diversos momentos en que la literatura y la filosofía han encontrado vasos comunicantes, episodios que muestran a estas rutas como dos caras del logos que, citando de nuevo a Zambrano, constituyen dos maneras en que vive el ser humano y sin las cuales estaría incompleto, pues lo humano no está por completo en la literatura como tampoco lo está en la filosofía. Los trabajos aquí reunidos pasan por Homero, Hesíodo, Agustín de Hipona, Rabelais y Hölderin, por mencionar los autores centrales, y abordan temas fundamentales para la compresión de la literatura desde la filosofía como lo son la narración y la hermeneútica. Son por supuesto solo algunos momentos de esta dialéctica permanente entre la filosofía y la literatura; una dialéctica que en ocasiones parece fundirse en una unidad indisociable y en otros constituir vías de expresión que son irreductibles.
Sin embargo, lo que tienen en común la filosofía y la literatura es su necesidad por
dar cuenta de la realidad en que el ser humano despliega su vida, en que plantea las preguntas más acuciantes y desesperadas. El vehículo en común es la palabra, pero también la razón y las pasiones son instrumentos comunes que impiden diferenciar a ambas tradiciones de acuerdo con sus herramientas reflexivas. Hay quien ha observado que lo que diferencia a una de otra es su pretensión de verdad. Pero nuevos problemas surgen en esta respuesta especialmente en un siglo donde el concepto de verdad ha recorrido derroteros imposibles y se ha cuestionado sin poder encontrar un lugar definitivo donde resguardarse. En suma las convergencias y las disonancias entre literatura son una herencia que sigue recorriendo nuevos encuentros y desencuentros que funcionan como un terreno fértil para el pensamiento, como lo muestran las contribuciones que aquí hemos incluido.
Leticia Flores Farfán Rogelio Laguna Enero, 2025