Laura Sánchez Porras

Las aves no se suicidan:

Un acercamiento a la obra poética de Alejandra Solórzano



Autor/ Author

Laura Sánchez Porras Universidad de Costa Rica


ORCID ID: 0009-0000-

8491-0914

Correo: laura. sanchezporras@ucr.ac.cr


Recibido: 14/01/2024 Aprobado: 15/03/2024 Publicado: 29/01/2025

RESUMEN

En el presente texto se expone una referencia historiográfica de la producción de la poeta Alejandra Solórzano (Guatemala- Costa Rica, 1980), con el fin de aportar a la conformación de estudios acerca de su obra literaria. El artículo se divide en dos secciones: (a) Acerca de la escritora, donde se muestra de forma resumida un acercamiento al contexto histórico, social y político que marca su vida y obra; y (b) Análisis de Las aves no se suicidan, donde se realiza una reflexión filológica e interpretativa del poema de la autora.

Palabras Claves: poesía, análisis literario, historiografía, literatura contemporánea, Centroamérica.

Abstract: This text presents a historiographical reference to the production of the poet Alejandra Solórzano (Guatemala-Costa Rica, 1980), in order to contribute to the formation of studies about her literary work. The article is divided into two sections: I. About the writer, which summarizes an approach to the historical, social and political context that marks her life and work; and II. Analysis of Birds do not commit suicide, where a philological and interpretative reflection of the author's poem is carried out.

Keywords: poetry, literary analysis, historiography, contemporary literature, Central America.


  1. Introducción


    Este texto tiene como objetivo principal realizar un breve análisis filológico y una reflexión interpretativa del poema Las aves no se suicidan, de la poeta Alejandra Solórzano. Dicho poema está vinculado a su contexto histórico, social y político, íntimamente relacionado con su producción poética. De este modo, el artículo busca ser un aporte a la conformación de estudios acerca de su obra.

    Gracias a dicho poema, navegaremos de la mano de la escritora por aguas profundas con temas que nos atraviesan: la


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    vida, la muerte, los afectos, el tiempo y la transición de la vida. Su visión filosófica nos plantea otros mundos, en los que las aves, los gatos y el suicidio son protagonistas. Es una invitación a reflexionar mientras disfrutamos su delicada propuesta literaria.


  2. Acerca de la poeta


    Alejandra Solórzano (Guatemala-Costa Rica, 1980) hija de madre y padre guatemaltecos, es poeta y actriz radicada en Costa Rica desde el 2007. También es Licenciada en Filosofía por la Universidad Nacional de Costa Rica. En el 2016, finalizó sus estudios de Maestría en Filosofía Académica por la Universidad de Costa Rica. Ha publicado: la plaquette De vez en cuando hablo con ella, (Editorial Folio 114, Ciudad de Guatemala, 2006) y los libros: Detener la historia, (Ediciones Espiral, Costa Rica, 2015), y Todo esto sucederá siempre (Ediciones Espiral, Costa Rica, 2017). Su obra se encuentra publicada en revistas literarias y antologías de poesía en Costa Rica, Estados Unidos, España, Centroamérica, Suramérica y el Caribe. También ha sido poeta invitada por festivales nacionales e internacionales de poesía. (Salaverry, 2020; Alejandra Solórzano, s.f.). Solórzano se ha desenvuelto en el campo de la gestión y producción de proyectos artísticos interdisciplinarios (artes visuales, artes escénicas y escritura) con colectivos de artistas independientes y en el Ministerio de Cultura y Juventud.

    […] su vida está marcada por el exilio y la migración política de sus padres. Costa Rica, Nicaragua, México y el retorno a Guatemala habitan en gran parte de su poesía. El tiempo, los viajes, la memoria, el cambio y el retorno son algunos de los temas que hilvanan su poesía a un sentir filosófico. (2020, 408).

    En Salaverry se encuentra una breve introducción al contexto de la vida de Solórzano:

    El principio de la década de 1980 (año en que nace la poeta) fue para Guatemala, y Centroamérica en general, un período de enorme represión. Fue la época de los regímenes de los generales Lucas García (1978-1982) y Efraín Ríos Montt (1982-1983), bajo los cuales sucedieron grandes atrocidades, y se perseguía a todas aquellas personas que se opusieran. Guzmán realiza un análisis, o lo que ella llama “ejercicio reflexivo”, en el que expone una parte de la historia de vida de la poeta Alejandra Solórzano. Allí menciona: “En el recuerdo y la nostalgia queda un país en conflicto, un país que, en palabras de Alejandra, vivía los años más sangrientos de la guerra. Ese recuerdo es cicatriz y mordedura.” (2020, 107).

    La madre y el padre de Alejandra Solórzano llegaron a Costa Rica a mediados de los años setenta, exiliados por el contexto de guerra en Guatemala. Sus dos hermanas mayores nacieron allí, pero llegaron de niñas junto a sus padres a Costa Rica, donde nació su tercera hermana y la autora. Su familia vivió en Costa Rica hasta el año 1984, momento en que viajaron a Nicaragua en el último período del sandinismo. En 1990 se trasladan a México, para luego viajar a Guatemala en 1994, un año y medio antes de la Firma de la Paz (1996), al igual que tantas otras familias de “retornados” que volvieron a Guatemala entonces.

    Su historia migratoria, el escenario histórico y político, los vínculos familiares y afectivos, y las implicaciones que tiene todo esto en su vida, marcan su producción poética. La autora se refiere a estos diferentes países y contextos (Costa Rica,

    donde nace; Nicaragua, México y Guatemala) a través de temas como la vida y la muerte, el amor y el dolor, desde su propia visión filosófica. Acerca de la obra poética de Alejandra, dice Jiménez en su artículo Caer para salvarnos: “[...] se inscribe en el conjunto manifiestamente presencial de las mujeres poetas en la tradición costarricense, donde ‘cada una imprimiendo su acento individual, coincide con las demás […]’” (2018).

    La lectura de esta obra permite (obliga a) establecer un diálogo, en especial con aquellos poemas que se relacionan con la muerte. La muerte y cómo la enfrentamos, la muerte y qué es para nosotros, la muerte y la existencia, y lo que podamos explicarnos de ambas. La muerte ya no importa, porque sucederá siempre, como el amor y la vida. (2018).

    Por otro lado, Berman Bans (2018) en su escrito Ontología de una sombra, realiza un recorrido detallado por las tres publicaciones de la autora, y específicamente del libro Todo esto sucederá siempre, comenta: “[...] los símiles ceden paso a las metáforas más directas, imágenes más atrevidas, aunque controladas con rigor para expresar, desde lo mínimo necesario y no lo máximo permitido, las más profundas experiencias de su introspección personal.” Así también, Selene Fallas se refiere a este poemario, del cual asegura:


  3. Análisis de Las aves no se suicidan


    En este apartado se ofrece un análisis filológico y una reflexión interpretativa del poema Las aves no se suicidan, que forma parte del libro Todo esto sucederá siempre (2017) de la poeta Alejandra Solórzano. A continuación el poema completo:

    1. En otro mundo posible

la Muerte de las aves sobreviene con apariencia de gato.

Al filo de una rama.

La inanición, un desierto para soñar insectos, larvas y semillas.

(5) Colisionar sobre el espejismo de una ventana indiferente. Perturbadas por ventiscas,

desorden de alas disueltas a merced de la anunciación de invierno.

Cansadas de tiempo

escondidas en el interior de un tronco

(10) hasta ser encontradas

por masas de hormigas y escarabajos.

Cual sea el destino su Muerte

una figura agraciada con suavidad de otoño

(15) espera para acompañar

la sombra cristalina de sus cuerpos

hacia una leve infinitud.

Esto canta un pájaro a su Logia seguro de la ciudad durmiente

(20) mientras le escucho claro y distinto

apoyada en sigilo tras la ventana del cuarto.

Oír el augurio de muerte de los pájaros el sentido trino de su entidad secreta de su canto existencial.

(25) Enmudezco

Sin el deseo de haber hablado

[¿Qué apariencia tendrá mi muerte?]

Me pregunto sin Logia

(30) sin poseer un canto justo antes de la madrugada.

(Solórzano, 2017).

Acerca del libro Todo esto sucederá siempre (2017), del cual es parte este poema, menciona Selene Fallas (2018) que habla in illo tempore. Esto es, que hacen referencia a otros tiempos, lejanos. La muerte es el hilo temático que une a estos poemas. En ellos la poeta reflexiona acerca del principio y el fin, la vida y la muerte, la nada y el todo. Este poema, específicamente, se conforma por 6 estrofas y 31 versos. Es de verso libre. Las dos primeras estrofas están compuestas por dos versos cada una, e introducen al resto del poema. El primer verso de cada una de estas coincide en número de sílabas: “En otro mundo posible” (v.1), y “Al filo de una rama” (v.3), marca un ritmo inicial, la musicalidad del canto de las aves. Usa el encabalgamiento, es decir, la continuidad de las frases en diferentes versos, lo que promueve una lectura fluida. Está escrito en un tono lineal, con una interrogante cerca del final, en modo reflexivo. El poema se refiere a la muerte, pero no con un tono trágico, sino de introspección. En dicho poema, el yo lírico se expresa de sí misma en femenino, una mujer que reflexiona acerca de la muerte, a través de contemplar tras la ventana del cuarto a las aves: “[...] apoyada en sigilo tras la ventana del cuarto” (v.21). Además, este verso da una ubicación espacial: una casa, un cuarto. Esta mujer reflexiona acerca de su muerte “justo antes de la madrugada” (v.31), que es cuando las aves inician su canto,

lo que nos ubica temporalmente.

Las frases “mundo posible” (v.1) y “claro y distinto” (v.20) están diferenciadas con el uso de itálica o cursiva. En ambos casos suponen referencias a conceptos o propuestas filosóficas. En el caso de “mundo posible”, recuerda la noción ontológico- metafísica que Leibniz propuso en la Monadología, sobre la infinidad de mundos posibles como ideas de Dios, quien desde todas las perspectivas geométricas elige por conveniencia de los grados de perfección que esos otros mundos contienen, y

por principio de no contradicción, el nuestro como el mejor de los mundos posibles.

Así, el yo lírico dice que “En otro mundo posible / la Muerte de las aves sobreviene con apariencia de gato.” (vv.1, 2). Ese otro mundo posible da paso al resto del poema. El ave y su antítesis felina: su predador, su constante amenaza, una licencia filosófico- literaria. El tema de la muerte de las aves es un guiño de la autora, con una complicidad irónica, fatalista. La Muerte aviar es dolorosa, pero hermosa; una personificación infame y bella, indudablemente felina.

Así, si la Muerte de las aves luce como un gato en ese otro mundo posible, el yo lírico, en contraposición, se pregunta más adelante: “¿Qué apariencia tendrá mi muerte?” (v.27), en este, el mejor de los mundos posibles, ¿será igualmente hermosa y vil? Desde el inicio, el yo lírico empieza a mencionar, casi como en una lista, maneras en que pueden morir las aves: por inanición, al colisionar con una ventana, en ventiscas que anuncian el invierno, cansadas de tiempo. Sea cual sea, “su Muerte” (v.13) “espera” (v.15). Como dice Bans (s.f.), podemos encontrar imágenes directas en las metáforas: “La inanición, un desierto para soñar insectos, larvas y semillas” (v.4), es decir, el hambre como un lugar completamente carente de recursos, desde el cual se añora aquello a lo que no se puede acceder, el alimento; “Cansadas de tiempo” (v.8) para referirse a haber alcanzado y hasta superado su expectativa de vida, al punto del cansancio. A través del uso delicado de otras figuras literarias, la poeta enriquece la escena.

La cuarta estrofa continúa, “Esto canta un pájaro a su Logia” (v.18), haciendo

referencia a la organización básica de la masonería, cuyo nombre es, además, un simbolismo: el logos griego alude a verbo, palabra, argumentación. De allí que se llame “logia” también a los lugares de reunión de estas organizaciones, ya que son los espacios donde se habla o transmite enseñanza a través de la palabra. En este sentido, el pájaro canta a los suyos enseñanzas acerca de la muerte, transmite conocimientos de ella, aparentemente felina, mientras la ciudad aún duerme, está pronto a amanecer (v.19). La mujer, que se encuentra despierta cuando todos duermen, escucha “claro y distinto” (v.20) y “en sigilo” (v.21) el cantar del ave, sus enseñanzas, y reflexiona sobre ellas.

Aquí, nos detendremos brevemente en las palabras claro y distinto. Esta expresión fue usada por Descartes para describir el conocimiento intuitivo, empírico, y define los rasgos principales de dicha evidencia, el conocimiento que tenemos de las cosas presentes: claridad y distinción, en oposición a oscuridad y confusión. En este caso, el yo lírico escucha al ave claro y distinto: ese conocimiento es “claro” porque mediante sus sentidos está escuchando al ave cantar, lo nos da evidencia del ave. Además, le escucha “distinto”, con precisión, no tiene duda. Para Descartes puede haber claridad sin distinción, pero no lo contrario. Solo la facultad del entendimiento permite acceder a un conocimiento claro y distinto. Así, el yo lírico reflexiona sobre lo que captan sus sentidos, sobre sus pasiones y, quizás, metódicamente analiza lo que nos presenta como una gran metáfora: el transcurrir de la vida.

El yo lírico se encuentra “[...] apoyada en sigilo tras la ventana del cuarto” (v.21), en ese lugar íntimo, antes de la madrugada. A pesar de que la ciudad duerme, ella se mantiene despierta, observando y escuchando a las aves desde su ventana, en un acto casi félido. Continúa describiendo el canto de las aves como un “augurio

de muerte”, esas enseñanzas acerca de la muerte que el pájaro canta a su logia se convierten en presagio, en indicios del futuro. “Oír el augurio de muerte de los pájaros / el sentido trino de su entidad secreta / de su canto existencial” (vv.22-24), versos en los que retoma las ideas anteriores: un canto “trino” como el gorjeo de las aves, o un “sentido trino” como tres en comunión… esa “entidad secreta” de la logia. El canto no puede ser otro más que un “canto existencial”, en el que hablar de la muerte afecta la vida, se reconoce el augurio, ese futuro que espera casi como la mujer, en sigilo felino.

Ante esto, ella, en silencio, se pregunta a sí misma: “¿Qué apariencia tendrá mi muerte?” (v.27), en contraposición con las aves, “sin Logia / sin poseer un canto” (vv.29, 30). Pero pronto se retomarán estos sugerentes versos. Primero, se propone dividir el poema en dos partes según los verbos utilizados: la primera, acerca de la muerte de las aves (desde la primera estrofa hasta la tercera); y la segunda, la reflexión del yo lírico acerca de su propia muerte (desde la cuarta hasta la sexta estrofa). Según esta propuesta, en la primera parte la autora usa verbos como “colisionar, perturbadas, disueltas, cansadas, escondidas, encontradas”, participios referidos a las aves, en plural. En la segunda parte: “escucho, oír, enmudezco, pregunto”, la mayoría en presente, primera persona singular. Estos últimos refuerzan la idea de la reflexión del yo lírico, en una posición de escucha y pregunta interna acerca de la muerte. Podríamos imaginar, también, un enfrentamiento entre ese otro mundo posible, reflejado en la primera parte del poema, y este, reflejado en la segunda parte.

El poema se titula Las aves no se suicidan: en él se enlistan una serie de posibilidades

o maneras en que podrían morir las aves, pero ninguna es el suicidio. ¿Y para el yo lírico?, ¿cuáles son sus posibilidades de muerte? Ella misma se lo pregunta: “¿Qué apariencia tendrá mi muerte?” (v.27) en una existencia desprovista de Logia y canto, contrario a las aves. Entonces, si las aves no se suicidan, ¿quién lo hace?, o ¿para quién es esta una posibilidad, una manera de morir? La palabra se hace presente a través de una negación: “no se suicidan”. En la constante contraposición de elementos en la interpretación del poema, entre la mujer y las aves, podríamos decir, siguiendo este juego de opuestos complementarios, que si las aves no se suicidan, entonces, contrariamente, para los seres humanos, y específicamente para el yo lírico, esta mujer, el suicidio constituye o pudo haber constituido una forma posible de muerte. El pensador Albert Camus, en su texto El mito de Sísifo, dice que “[...] no hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no vale la pena ser vivida es responder a la pregunta fundamental de la filosofía” (1995, 15). En el sentimiento de lo absurdo es que la idea del suicidio florece. En el poema, el yo lírico se vuelve la apariencia de su Muerte, su propia predadora, en sigilo félido espera… por sí misma. En ese otro mundo posible, la Muerte tiene apariencia de gato, ¿y en este, “el mejor de los mundos posibles”? Sin embargo, el mismo Camus concede: “[...] en el apego de un hombre a su vida hay algo más fuerte que todas las miserias del mundo” (20). Así, la mujer parece no actuar conforme a lo que podría plantearse como una opción válida ante su reflexión, sino que ante la oportunidad del nuevo amanecer continúa transitando la vida.

No solo hay contraposición entre las aves y la mujer. Esta encuentra en ellas

enseñanzas, pensamientos, y se identifica. Las observa y las escucha atentamente,

claro y distinto, y ante eso “enmudece / sin el deseo de haber hablado” (vv.25, 26), en ese acto de escucha y silencio, de donde proviene el “auténtico estar con otros”, que el filósofo Martin Heidegger plantearía como necesario para el “diálogo” y para no caer en el olvido del ser. No es una referencia directa a este pensador, pero hace recordar su planteamiento de que la escucha es la conexión entre discurso y comprensión, forma parte del discurso mismo y lo posibilita. Además, dice que para callar se “debe disponer de una verdadera y rica apertura de sí mismo” (1953, 167). En este sentido, el yo lírico se muestra atenta en el silencio, es un callar activo que permite el diálogo, el canto aviar es interlocutor. Heidegger, además, se refiere al lenguaje poético como una oportunidad para expresar lo que nos sobrepasa. En ese silencio, el yo lírico se reconoce a sí misma a través de los otros, de las aves y su canto, de la muerte y los gatos. Todo pasa a ser un conjunto inseparable, todo forma parte de lo mismo y es cíclico, Todo esto sucederá siempre.

Por otra parte, con el fin de enriquecer esta interpretación y apenas sugerir otras

[…] es revelación e introducción. […] los místicos, de acuerdo con los médicos y los psicólogos, han advertido que en todo ser humano, a todos sus niveles de existencia, coexisten la muerte y la vida, es decir una tensión entre fuerzas contrarias. La muerte a un nivel es tal vez la condición de una vida superior a otro nivel.” (1986, 731).

posibles, se consulta el Diccionario de los símbolos de Jean Chevalier: “[...] el vuelo predispone a los pájaros, para ser símbolos de las relaciones entre cielo y tierra. […] el ave es la figura del alma escapándose del cuerpo” (1986, 154). Asimismo detalla: “la ligereza del pájaro entraña, sin embargo, un aspecto negativo […] inestable, volando de aquí para allá” (1986, 155). Sumado a esto, acerca de la muerte, dice:

Al tomar en cuenta el contexto de la poeta, y a través del análisis realizado, podríamos decir que habla desde una memoria, desde los recuerdos de alguien migrante, para quien la muerte era una amenaza constante, un enfrentamiento cotidiano tanto para sus vínculos afectivos familiares como para sí misma. De este modo habla desde su experiencia individual, pero también desde esa colectividad que comparte una historia de vida desde las guerras, la muerte, el desarraigo, la inestabilidad… Se mencionó al inicio del análisis que los poemas de este libro hablan de un tiempo “pasado” que marca definitiva y radicalmente el ahora. En este sentido es presente: “ese recuerdo es cicatriz y mordedura.” (Guzmán, 2020, 107). Como escribió Ana María Rodas (Guatemala, 1937) en su poema Desacuerdo, “Aquí no se cancelan los afectos / ni los llantos, ni la sangre derramada / ni la memoria de los muertos.” (vv.27-29), (1998, 33, 34).

A modo de cierre, este texto sugiere relaciones entre la biografía estudiada de

la escritora Alejandra Solórzano, el contexto histórico, social y político en que se ha desenvuelto, tomando como referencia el trabajo de Guzmán (2020) y los análisis escritos por Fallas (2018), Jiménez (2018) y Bans (2018), y su producción poética. El análisis filológico e interpretativo del poema Las aves no se suicidan, de su libro Todo esto sucederá siempre (2017), posibilita evidenciar rasgos importantes de su obra: temas como la migración, la vida y la muerte, el dolor y los afectos, desde una visión filosófica donde las aves y los gatos nos plantean problemas existenciales. El poema

analizado revela algunos de estos temas y da paso a colocarse en la posición reflexiva del yo lírico, y desde una apropiación de la visión filosófica de la escritora, generar nuevas interpretaciones. Sus poemas son, en definitiva, obras de gran riqueza literaria, y degustarlos, un verdadero deleite.


Referencias


Alejandra Solórzano. (s.f.). (Casi) literal. Revista Centroamericana de cultura y opinión. Consultado el 10 de diciembre de 2022. https://casiliteral.com/colaboradores/otras-colaboraciones/alejandra- solorzano/


Bans, B. (2018). Ontología de una sombra. Revista Álastor, 8. https://www.alastorliterario.com/articulo/ alejandra-solorzano-analisis-poesia-berman-bans/


Camus, Albert. (1995). El mito de Sísifo. Madrid: Alianza Editorial. Chevalier, J. (1986). Diccionario de los símbolos. Editorial Herder.

Fallas, S. (2018, 23 de febrero). Alejandra Solórzano, una voz que susurra y grita (al unísono). La Nación. https://www.nacion.com/ancora/alejandra-solorzano-una-voz-que-susurra-y-grita/ AII6LK3ALZCBFMLT2YRGFANNTU/story/


Guzmán, S. (2020). Un acercamiento sensible al estudio de las migraciones en la poesía de Alejandra Solórzano Castillo. Revista Latinoamericana de Derechos Humanos, 31(1). Universidad de Costa Rica.


Heidegger, M. (1953). Ser y Tiempo (J. E. Rivera, trad., prólogo y notas). https://www.philosophia.cl/ biblioteca/Heidegger/Ser%20y%20Tiempo.pdf


Jiménez, A. (2018, 25 de julio). Caer para salvarnos. Revista de Letras. https://revistadeletras.net/ alejandra-solorzano-caer-para-salvarnos/


Rodas, A. M. (1998). Recuento. Ediciones La Ermita; Editorial Óscar de León Palacios. Salaverry, A. (2020). Mujeres poetas de Costa Rica, 1980-2020. El Atabal Editores.

Solórzano, A. (2017). Todo esto sucederá siempre. Ediciones Espiral.


Agradecimientos


A la poeta, quien cálida y pacientemente compartió conmigo detalles de su vida y obra. Gracias a las letras, que nos hicieron encontrarnos.