Jacqueline García Fallas

La Olimpiada Costarricense de Filosofía

como proyecto de vida y académica


En esta ocasión me siento muy honrada de compartir con todo el público que lea estas memorias, una aproximación personal a estas, las cuales condensan una sistematización de las Olimpiadas Costarricenses de Filosofía. Estas se deben al compromiso con la filosofía, la educación, el pensamiento crítico y creativo como derroteros del quehacer académico de la profesora Kattya Arroyo Guerra.

La historia del pensamiento filosófico y las teorías pedagógicas nos han demostrado que están intrínsecamente relacionadas para propiciar la construcción del saber auténtico, del cual nos apropiamos en la aventura del filosofar.

La misión educadora de esta profesora se ha plasmado en la vida de quienes fuimos sus estudiantes en la carrera de enseñanza de la filosofía o en la filosofía; ya que, en todas sus acciones, siempre antepuso el filosofar como punto de partida del vínculo indiscutible entre la educación, la filosofía y el pensamiento. Por supuesto, lo anterior nos recuerda al ideario de la filosofía para niños y niñas de su profesor, Matthew Lipman, en la Universidad Estatal de Montclair, en Estados Unidos, a quien de forma apasionada nos compartió en sus lecciones y nos transportó al mundo de sus cuentos y novelas con la intención de ser un pretexto para propiciar el pensar filosófico.


Autor/ Author

Jacqueline García Fallas Universidad de Costa Rica


ORCID:

0000-0003-

4236-4323

Correo: jackeline.

garcia@ucr.ac.cr


Recibido: 10/10/24 Aprobado: 05/11/24 Publicado: 16/12/24

Debo reconocer que por esa labor tesonera de Kattya en nuestras aulas universitarias y centros educativos tanto públicos como privados, inspiró a sus estudiantes desde la formación docente y la filosofía, para exaltar la labor educativa, con lo cual da sentido al valor de la educación para promover el pensar filosófico.

Además, abrió caminos indiscutibles en nuestras vidas y trayectorias académicas, lo cual también ha quedado plasmado en la ardua labor de las olimpiadas filosóficas, donde de manera consistente se ha brindado la oportunidad para que participen incluso estudiantes de educación diversificada que no han tenido el acompañamiento de una persona con formación en el campo de la filosofía, pero sienten interés profundo por el filosofar, una de las capacidades más necesarias en la sociedad actual y que es la base para cimentar la cultura de construir


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criterios, posicionamientos y estrategias que fomenten la reflexión y la ética en la

vida de las personas.

Las anteriores ideas y actitudes es lo que ha permitido la vivencia de las olimpiadas en la vida de cada estudiante y docente que ha participado, porque se ha incentivado descubrir en sí mismo las propias capacidades para argumentar y externar sus inquietudes e indagaciones sobre diversos temas de índole filosófico.

En el desarrollo de las olimpiadas se ha dado un crecimiento en la participación de jóvenes, docentes y centros educativos; así como una consolidación de la estructura organizativa a lo largo de los años. Al respecto cabe indicar que se fueron institucionalizando en la Escuela de Formación Docente y en el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Costa Rica, lo que ha fortalecido la identidad de esta actividad en los centros educativos. Además, la Sindemia provocada por el COVID-19, le dio la oportunidad de crear una figura como la del club filosófico, utilizar los espacios educativos virtuales para fomentar el diálogo filosófico y el encuentro entre las personas participantes.

Asimismo, algunas de las personas ganadoras de las ediciones costarricenses de la Olimpiada Costarricense de Filosofía, han tenido la oportunidad de salir por primera vez fuera del país para representarnos en la Olimpiada Internacional de Filosofía, experiencia que augura el encontrarse con personas de diferentes culturas, visiones de mundo, idiomas y posibilidades de crear y dar sentido al filosofar en comunidad, emulando el origen mismo de las olimpiadas como fiesta o juego del saber.

La vida adquiere un sentido diferente cuando nos encontramos frente al desafío de atender lo dicho por otra persona y lo que para cada persona significa lo que acontece en las reflexiones filosóficas, sin duda, el respeto por la otra persona y por su contribución al pensamiento se vuelve un ingrediente fundamental en el desarrollo personal y en participar en momentos propicios para soñar, crear esperanza y respetar los derechos humanos de las personas. Estos aspectos son esenciales en la vida de las personas jóvenes, sus docentes y familias que les acompañan en esta aventura de la olimpiada.

Finalizo estas palabras introductorias, al destacar que Kattya ha constituido una comunidad filosófica para llevar a cabo estas olimpiadas, invitándonos a ser parte de estas mediante la calificación de los ensayos, el acompañamiento a sus estudiantes, la formación a sus estudiantes y el vínculo de la amistad que tenemos hacia ella todos sus colegas. Es un verdadero ágape para el filosofar.

Gracias, Kattya por este quehacer ejemplar que demuestra que la enseñanza de la filosofía es la clave para mejorar la calidad de la educación costarricense, en estos momentos de crisis; así como demostrar, lo que modestamente ya sabemos, que la enseñanza de la filosofía en las aulas debería ser una experiencia continua en los diferentes niveles educativos.

Jacqueline García Fallas San José, noviembre, 2024


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