Ela Urriola
Juana
¿Qué edad tiene la rosa? Tú que abrazaste espinas Que frotaste los pétalos Y la sangre ígnea
De esa flor
Bendita y profana
Con la que adornamos vírgenes y putas Ventanas
Bodas
Cabezas y cementerios Puedes decirme
Juana
¿Qué edad tiene la rosa?
Tú que escribiste con el carmesí de los capullos Y amasaste cada molécula de amor
En esos estambres que incendian los cuerpos
¿Por qué se desborda el volcán en tu pecho?
¿Será que Dios puede saberlo Si acaso
Autor/ Author
Ela Urriola
Recibido: 29/09/23 Aprobado: 20/10/23 Publicado: 11/11/23
Dios entiende el silencio?
Y porque tu amor es inmenso Y quieres gritar
Te arrojas
Macadamias en la boca
Emerges en ese océano de argumentos Y lecturas
De cosas que los hombres bautizaron Como suyas
Juana
Que enloqueces
En tu insoportable cordura
Y en tu fiebre
Adhieres transparencias y palabras Enciendes la antorcha de Prometeo Incineras tus pies descalzos
En la almohada
Bebes el esperma de las velas Y levitas como crisálida
Como orquídea desgranando la vainilla Te vuelves agua
En esa misma sed Bendita en tu vientre En tu insistencia de ser Y en tu constancia
Aquí está el dardo en esta pluma Y en el papel reluce el faro
Hacia el que diriges tus pasos La duda
En las noches danzan las brujas en el techo Y las sotanas empolilladas te señalan: Desgranas el capullo
Incineras la plaza
La luna se descuelga en tus manos
Como una rosa que ha perdido su sangre Con esa palidez fecunda el gineceo Resucita los juegos milenarios
Donde nombrábamos las cosas como hembras Y Gea preñada se humedecía con orgasmos
Y florecía
Belleza maldecida en tu rostro Cuelga el infinito en tu pecho Y se desborda la pregunta
Por la humanidad Y por la luz
La de las cosas Triviales
Que a fin de cuentas Son las trascendentes Te confiscaron la voz
Pero la tinta no la secaron
Ela Urriola
La lluvia no cesa
Las ganas resuenan en tu alcoba Como un ronquido de gato
Se desvanece el miedo
Las sogas de tus manos sostienen
Tu finitud
Y ya no entendías de fronteras Porque tienes la luz
Y la edad de la rosa
El júbilo enredado en tu pelo Que podía ser negro o lacio
O simplemente el pelo de mis abuelas Yo te encontré en esas páginas
Mis caderas eran de otra y eran mías al mismo tiempo Leyéndote
Volaba
En ese parque y en la sala Y subí
Al paraíso
Porque susurrabas mi nombre
En las noches fui una muñeca de barro Costilla de la costilla
Apéndice del minotauro
Y tú inventaste un futuro desde entonces
Siendo en ese pérfido claustro
Muñeca de oro Noche
Día
Clítoris roto Abonando el rosal Magnánimo
Que nacerá Mañana
Selección de La edad de la rosa (2019)
Poesía desde Panamá