Bernardo Castillo Gaitán

La sabiduría es femenina


RESUMEN

Con el estilo del artículo académico se expone una breve reseña de historia de las mujeres filósofas. Se hace un recorrido desde la prehistoria hasta el año 1995, y se concluye que las mujeres siempre han estado presentes en el desarrollo del pensamiento, lo que justifica que se diga que la sabiduría es femenina.


Palabras Claves: filosofía, mujeres, dignas, sabias, científicas.


Abstract: With the style of the academic article, a brief review of the history of women philosophers is presented. A journey is made from prehistory to the year 1995, and it is concluded that women have always been present in the development of thought, which justifies saying that wisdom is feminine.


Keyswords: philosophy, women, dignified, wise, scientific.

  1. Introducción





    Autor/ Author

    Bernardo Castillo Gaitán Universidad de Costa Rica ORCID ID: 0000-0003-

    2467-2349

    Correo: berantcg@gmail. com


    Recibido: 11/09/23 Aprobado: 20/10/23 Publicado: 03/11/23

  2. Metodología

    El texto es una reseña bibliográfica del libro Las filósofas: las mujeres protagonistas en la historia del pensamiento de Giulio de Marino y Marina Bruzzese (1996), en el cual se expone el aporte de las mujeres al desarrollo del pensamiento y a la cultura humana desde la prehistoria, pasando por el mundo greco-romano, la Edad Media, el Renacimiento, los albores del siglo XX y el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, hasta el año 1995.


    Siguen a Navarro y Abramovich (2023), para el desarrollo de la reseña se efectuó la lectura de la obra, se buscó un título que sea sugerente para las personas lectoras, y se realizó un


    175

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    resumen que permitiría ejemplificar las tareas de las mujeres filósofas con la intención

    de invitar a la lectura de la obra aquí expuesta


  3. Resultados


    El texto inicia expresando que la presencia de la mujer en los inicios del conocimiento se sitúa desde la época en que el mito era la forma de explicar la realidad. En el mito las mujeres eran consideradas “[…] depositarias de conocimiento y técnicas útiles a toda la creatividad” (De Martini y Bruzzese, 1996, 12), hecho que los autores van a desarrollar en nueve capítulos.

    En el primero se describe La presencia del pensamiento femenino en el mundo egeo, abarcando las páginas 17 a la 43. En el paso de lo mitológico a lo filosófico por medio de la conceptualización de la realidad, la presencia de la mujer se establece como la que da origen a las cosas y orienta a la humanidad en la búsqueda del bien de tal manera que encarna “el sentimiento religioso y comunitario” (De Martini y Bruzzese, 1996, 23).

    Se establece que las primeras filósofas son las discípulas de Pitágoras, entre ellas: Mía, Lastenia, Abrotelea, Teadusa, Babélica. La tarea de estas mujeres consiste en exponer una doctrina filosófica precisa que en ese momento solamente se reservaba a los varones. Se destaca a Hipacía de Alejandría como la filósofa más importante de la época antigua, quien estudió a Platón y a Aristóteles con el fin de unificar el pensamiento matemático con el neoplatonismo. “Hipacía representaba la tradición de la sabiduría femenina, una antigua tradición egipcia y griega y, por consiguiente, causaba mayor disgusto como docta que como pagana” (De Martini y Bruzzese, 1996, 43).

    Religión y filosofía en Roma, así se titula el segundo capítulo desarrollado en las páginas 45 a 59. En este se describe que, entre los siglos II y XII, la mujer romana desempeña el papel de educadora, asumiendo, también, roles propios de los varones. En este período, las mujeres tuvieron acceso a obras filosóficas, gracias al cristianismo y fortalecen su derecho a ser tratadas con dignidad de personas. Un ejemplo es Ana Comnena, mujer que en su obra escrita, Alexia, demuestra su amplio conocimiento filosófico.

    Continuando con las páginas de la 61 a la 86, del tercer capítulo denominado Las filósofas de la Edad Media, aparecen grupos de mujeres dedicadas al conocimiento, entre ellas las amanuenses, especialistas en hacer copias de textos y de entre ellos de materia filosófica, permitiéndoles el desarrollo de una basta producción literaria. Es importante mencionar a Eloísa y a Hildegarda Bingen. En cuando a Eloísa de Paráclito, estudiante de Pedro Abelardo, y posteriormente la esposa de este, debe señalarse que es gracias a su correspondencia como se puede comprender mejor la propuesta filosófica de Abelardo. Por su parte, el aporte filosófico significativo de Bingen se refiere al pensamiento alegórico, debido a su gran capacidad de traducir al lenguaje simbólico las teorías filosóficas de la época.

    En los orígenes del mundo moderno, tema del que se ocupa el capítulo cuarto, en las páginas de la 87 a 123, se describe una época caracterizada por los aportes propios de la mujer a la pedagogía. Alejandra Macinghi representa una nueva mentalidad

    femenina en cuanto a la crianza de sus hijos, pues ya ellas pueden decidir cuál es la mejor manera de hacerlo. También en esta época de la nueva mentalidad femenina, las mujeres desarrollan una extraordinaria labor literaria y humanista. Como ejemplo de estas se encuentra Marie le Jars, quien escribió un “[…] pequeño tratado de igualdad entre hombre y mujeres en 1622 en contra de los tradicionales prejuicios sobre la inferioridad moral, jurídica y política de la mujer” (De Martini y Bruzzese, 1996, 100).

    En los inicios de Renacimiento, el aporte de las mujeres, en la Reforma Protestante, consistió en oponerse a toda forma de opresión religiosa como ocurre con Úrsula de Munstener, quien propuso que las mujeres encerradas en los conventos deben salir a los campos para cumplir con sus tareas religiosas. En este contexto reformista, Mary Astell se da a la tarea de unificar sus convicciones filosóficas y religiosas con el feminismo proponiendo que en la educación de las mujeres la libertad de elección es algo propio de su ser íntimo y no una concesión de los hombres.

    En el siglo barroco, tema del quinto capítulo entre las páginas 125 a 183, se da un fuerte movimiento por la preocupación de la instrucción académica de la mujer que da origen a un movimiento feminista llamado preciosismo, situando a la mujer como constructora de la sociedad mundana y del intelecto. Las preciosas podían alterar el orden social, pues cuestionaron las instituciones, conquistaron el derecho de ciudadanía, y se sentían capaces de decidir su propio destino.


    A la tesis de la inferioridad ontológica de la mujer, respecto al varón, las mujeres de cultura opusieron la antítesis de la superioridad y de la excelencia de la mujer escribiendo ensayos y opúsculos en los que, además de indagar las causas históricas de la condición de la presunta inferioridad de las mujeres, se exponía por medio de figuras ejemplares tomadas de la historia y de la cultura del pasado, cómo las mujeres siempre se habían impuesto con excelentes resultados en todos los campos de la acción humana (De Martini y Bruzzese, 1996, 173).

    También hay mujeres estudiosas de sistemas filosóficos como es el caso de Isabel de Bohemia, lectora y crítica de Descartes, Lady Comway estudiosa de Leibniz y Giussepa Eleonora, discípula de Gianbattista Vico. Junto a la aparición de mujeres intelectuales en el campo de la filosofía, se señala que, en la ciudad de Venecia, en el siglo XVII, se desarrollan discusiones alrededor del tema de las capacidades de las mujeres a las que se les imponía la prohibición de salir y de conversar con extraños.

    Entre las páginas 174 a 176, se encuentra un texto de Lucrecia Marinelli referido a la excelencia de la mujer, donde se hace referencia a las mujeres doctas y sabias que han existido a lo largo de la historia; entre ellas Sor Juana Inés de la Cruz, mexicana y reconocida en su época por su erudición en filosofía y letras.

    En el capítulo seis, que lleva como título El siglo del nuevo mundo, correspondiente a las páginas 185 a 245, se hace referencia a las mujeres sabias de la ilustración. Madame de Lombart, una de estas mujeres ilustradas, en su obra Nuevas reflexiones sobre las mujeres, lanza una crítica dirigida a los hombres que menosprecian las capacidades naturales de las mujeres y señala que las mujeres han sido colaboradoras de la felicidad de la humanidad; además, “confiaba en que la liberación de los obstáculos y prejuicios masculinos que había expuesto podría dar vida a un nuevo

    humanismo” (De Martini y Bruzzese, 1996, p. 193).

    Es sobresaliente el caso de Gabrielle-Emile Le Tonneher cuando escribe Instituciones de física en el año 1740 dando fundamento metafísico a la Monadología de Leibniz y a las teorías de Newton. Un caso elocuente de la sabiduría es Olympe de Guoges, de quien se dice que escribió la famosa Declaración de los derechos humanos de la mujer y la ciudadanía, en setiembre del año 1771, en la que se enfatiza que la mujer nace libre e igual al varón, con los mismos derechos como la libertad de resistencia a la opresión y a la propiedad privada. En este mismo tema de los derechos de la mujer, se ubica la obra de Mary Wolltosonecraft titulada Vindicación de los derechos de la mujer, del año 1792, en donde considera que la igualdad entre hombres y mujeres es un principio de derecho natural moderno; también, esta autora trabaja en pro de la igualdad de la educación entre ambos sexos.

    En cuanto al titular, Mujeres y cultura del siglo XIX, título del capítulo siete (páginas de la 247 a la 336), se describe cómo, con el tiempo, las mujeres se arriesgan al desarrollo de la beligerancia política con el fin de proponer un sistema social defensor de las libertades de las mujeres, lo que significó un nuevo relanzamiento del feminismo y una nueva visión del socialismo de la época.

    La influencia de las mujeres en la filosofía de occidente desde el año 1900 hasta 1945, es la idea central del capítulo 8 (páginas 337-420); entre ellas Elisabeth Nietzsche colaboradora para la publicación de las obras editadas e inéditas de su hermano Friedrich. En esta época aparecen, con Hellee Von Druskowitz, los primeros pasos de la filosofía homosexual y aspectos relacionados con la necesidad de la organización femenina. En este siglo XIX es importante destacar el aporte de María Montessori, primera mujer italiana graduada en medicina, quien a su vez da un gran aporte a la ciencia pedagógica y el de Simone de Beauvoir, quien afirma que la mujer es existencialmente libre, por lo que se hace necesario que profundice en el conocimiento de sí misma.

    En el capítulo nuevo y último de este libor reseñado, entre las páginas 421 a 540, se desarrolla el tema de La filosofía feminista de la época contemporánea, dando inicio con la postguerra, hasta el año 1995. Esta reflexión se basa en el holocausto y en la masacre de millones de personas, causada por el abuso de poder de los hombres. Simone de Weil, por ejemplo, expresa que es la misma guerra la vencedora en una guerra entre personas; su propuesta se basa en una filosofía del porvenir que contribuya al nacimiento de un nuevo mundo después de idolatrar el totalitarismo y el nacismo.

    El aporte de Hannah Arendt a la filosofía feminista se basa en el análisis y crítica del totalitarismo y del nacionalismo, a quienes considera la presencia del mal absoluto en la historia. Propone que el pensamiento es la única medicina para eliminar el mal producido por el hombre. Por otra parte, Rossana Rossanda señala que el neofeminismo tiene su origen en la sospecha o cuestionamiento feminista de la cultura masculina como sexo dominante. Para ella, el feminismo es una teoría crítica de la sociedad actual a partir de la astucia del pensamiento con lo que da a entender que el feminismo se basa en la capacidad que tiene el débil de aprovechar en su beneficio el saber y el poder del fuerte.

    En este último capítulo, se dedican varias páginas a feministas italianas que son influyentes en el ambiente universitario y se dedican a la producción de artículos y

    libros de carácter filosófico. Se expone la fuerte relación que hay entre las mujeres y la actividad científica, y evidencia el aumento significativo de la presencia de las mujeres en las universidades, nivelándose con la presencia masculina. Un ejemplo es el de Elizabetta Domini, quien desarrolla el pensamiento basado en la actividad científica

    , la cual debe estar dirigida por valores humanos: siendo impulsora de la ecología filosófica o ecofeminismo que contradice la tesis de que el hombre es dominante de la naturaleza. La obra de Di Matino y Bruzzese (1996), presenta un apéndice donde se señala a feministas españolas dedicadas al estudio de género.


  4. Discusión


Abuela, madre, hermana, tía, prima, amiga, filósofa, pensadora, política, experta, profesional, influyente, educadora, revolucionaria, escritora, son algunos de los calificativos que acompañan el dominio del conocimiento de una multitud de mujeres que en toda la historia de la humanidad han estado, están y estarán siempre presentes en la construcción, actualización, creatividad y crítica del conocimiento como patrimonio de la humanidad que debe conducir a vivir con dignidad.

Ariadna, Atenea, Urania, Antígona, Faustina, Eloísa, Hildegarda, Sulpicia, Teresa, Vittoria, María de Pazzi, Las preciosas, Madeleine, Las Cartesianas, Madame de Lamber, Marianna, Elizabeth, Hanna, María, Emilia Pardo, Marina Bruzzese, y muchísimas otras, dicen ¡Presente! Es el grito de todas y cada una de ellas en el camino de la sabiduría con aroma de mujer; sabiduría basada en la sagacidad, la picardía, la vivacidad y el compromiso social de construir una nueva humanidad que siempre está direccionada a conseguir la plena libertar: el bien.



Referencias

Después de leer esta obra, las comprendo más (BCG 2023)


De Martino, G., Bruzzese, M. (1996). Las filósofas: las mujeres protagonistas de la historia del pensamiento. Ediciones Cátedra.


Navarro, F y Abramovich, A. (2023). La reseña académica. https://users.dcc.uchile.cl/~cgutierr/cursos/ INV/navarro-resena.pdf