Francisco Antonio Márquez Guevara
B’atz – Mono
El primero es Bátz, el hilo de la vida, el grano de maíz,
que cuenta el origen,
y desarrollo de la creación.
“Ésta es la relación de la formación del universo, de cómo todo estaba en suspenso,
todo en calma….
Sólo el agua en reposo, el mar apacible…
Autor/ Author
Francisco Antonio Márquez Guevara Universidad de San Carlos de Guatemala
Recibido: 07/07/2022 Aprobado: 15/12/2022 Publicado: 30/05/2023
Sólo el Creador y Formador, Tepeu Gucumatz,
los progenitores, estaban en el agua rodeados de claridad,
Estaban ocultos
bajo las plumas verdes y azules…”
Tepew Gucumatz
la serpiente emplumada Corazón del cielo Corazón de la tierra Esto dice el Popol Vuh
E – Camino
El segundo se llama Ee, la aceptación del devenir,
el segundo grano que cuenta, la claridad y avance,
la diversidad de los rumbos de la vida.
¡Oh Creador! ¡Oh Formador! “Concédeles buenos caminos, hermosos caminos planos… que sea buena la existencia de los que te dan el sustento
¡Oh Creador! ¡Oh Formador!
Concede buena existencia
a tus hijos que alimentan tu boca, en tu presencia,
a ti, Corazón del Cielo,
Corazón de la Tierra, envoltorio de la majestad… Los cuatro rincones,
los cuatro puntos…” Así dice el Popol Vuh.
El tercero es Aj,
La esperanza y el amor, El tercer grano que cuenta
Del retoño permanente de la vida De la señal de la caña de la suerte
“Pero ahí queda la señal que dejamos de nuestra suerte:
cada uno de nosotros sembraremos una caña, en medio de nuestra casa
La sembraremos: si se secan,
esa será la señal de nuestra muerte.
¡Muertos son!, diréis, si llegan a secarse.
Pero si retoñan:
¡Están vivos!, diréis,
¡Oh abuela nuestra!” Así dice el Popol Vuh.
El cuarto es Ix,
La protección y altar,
El cuarto grano que cuenta La convivencia armónica
Con el micro y macro Cosmos.
Solamente por un prodigio… se formaron las montañas y valles
como una polvareda y como una nube al instante brotaron juntos
cipresales y pinares en la superficie
“La tierra es parte del hombre, el hombre es parte de la tierra todas las cosas están así intercomunicadas unas con otras
como la sangre de una familia, todo está unido
El hombre no trama el tejido de la vida, él es, sencillamente uno de sus hilos,
lo que él hace a ese tejido,
se lo está haciendo a sí mismo.”
Así dice El Popol Vuh y Carta del jefe Seattle.
El quinto es Tzikím, La alegría o gozo,
El grano que cuenta Del cultivo de la esencia
Y la cosecha de la abundancia.
“luego surgieron el león y el tigre.
Pero primero cantó el pájaro Que se llama Queletzú.
Verdaderamente se alegraron Todos los animales
Y extendieron sus alas el águila….
Las aves pequeñas Y las aves grandes.
Así dice el Popol Vuh”
El sexto es aj ma´q La reconciliación
El grano que nos cuenta
De la interrelación del tiempo y las cosas, De la cosecha del pasado, presente y futuro.
“¡Oh hijos nuestros! Nosotros nos vamos, Nosotros regresamos, Sanas recomendaciones
Y sabios consejos os dejamos….
Vamos a emprender el regreso, Hemos cumplido nuestra misión, Nuestros días están terminados.
Pensad, en nosotros,
No nos borréis, ni nos olvidéis…
Luego dejo Balam Quitzé La señal de su existencia: Este es un recuerdo
Que dejo para vosotros. Este será nuestro poder.
Entonces dejó la señal de su ser, El Pezom-gagal….
E inmediatamente quemaron copal Ante este recuerdo de sus padres.” Así dice el Popol Vuh.
El séptimo es Noj, La sabiduría
El grano que nos cuenta La sabiduría del Cosmos,
La iluminación permanente.
“…se trajo la cuerda de medir y fue extendida en el cielo
y en la Tierra,
en los cuatro ángulos, en los cuatro rincones,
como fue dicho por el Creador-Formador, la madre y el padre de la vida,
de todo lo creado,
el que da la respiración y el pensamiento,
la que da la luz a los hijos, el que vela por la felicidad de los pueblos,
la felicidad del linaje humano, el sabio,
el que medita en la bondad de todo lo que existe
en el Cielo, en la Tierra, en los lagos y en el mar.” Así dice el Popol Vuh.
El octavo es Tijax El grano que cuenta
De la salud y de la vida, De la protección permanente
Del Corazón del Cielo y de la Tierra
“¡Oh tu, hermosura del día!
¡Tú Huracán,
Tú Corazón del Cielo y de la Tierra!
¡Tú dador de la riqueza,
tú dador de las hijas y de los hijos…!
Que no encuentren desgracia Ni infortunio,
Que no se introduzca el engañador Ni detrás ni delante de ellos.
Que no caigan, ni sean heridos.
Que no caigan en la bajada Ni en la subida del camino.
Que no encuentren obstáculo Ni detrás ni delante de ellos, Ni cosa que los golpee…
Que sea buena la existencia De los que te dan el sustento Y el alimento en tu boca,
En tu presencia…” Así dice el Popol Vuh.
El noveno es Kawóq, La clarividencia
El grano que nos cuenta Del canto y el poema, Del amor a la vida.
“…hizo Ixmucané nueve bebidas,
y de este alimento provinieron la fuerza y la gordura
y con el crearon los músculos y el vigor del hombre…
de maíz amarillo y de maíz blanco se hizo su carne,
de masa de maíz se hicieron los brazos
y las piernas del hombre…
fueron dotados de inteligencia, vieron y al punto se extendió su vista, alcanzaron a ver, alcanzaron a conocer
todo lo que hay en el mundo.” Así dice el Popol Vuh
El decimo es aj pú, La resurrección
El grano que nos cuenta
del triunfo de la purificación.
“… en seguida se apoderó Ixbalanqué de la cabeza de Hunahpú,
se llevó de nuevo la tortuga
y fue colocada sobre el juego de pelota Y aquella era la cabeza
Era verdaderamente la cabeza de Hunahpú Y los dos muchachos
se pusieron muy contentos.” Así dice el Popol Vuh.
El undécimo es Imox,
El equilibrio y la tolerancia, El grano que nos cuenta Del arte de la vida
De la superioridad y la pureza
De la casa de los creadores y formadores. “Esta es la relación
de cómo todo estaba en suspenso, todo en calma,
callado,
y vacía la extensión del cielo…. Sólo estaba el mar en calma
Y el cielo en toda su extensión… Sólo el agua en reposo,
El mar apacible, solo y tranquilo” Así dice el Popol Vuh.
El duodécimo es I´q, Aliento de vida
El grano que nos cuenta Del aliento continuo
E infinito de la vida.
De las imágenes mayas De los profetas mayas.
“Se dispuso así en las tinieblas y en la noche
por el Corazón del Cielo, que se llama Huracán.
El primero se llama Caculhá Huracán.
El segundo es Chipi-Caculhá El tercero es Raxa-Caculhá
Y estos tres son el Corazón del Cielo.” Así dice el Popol Vuh.
El decimotercero es Aqábal, la aurora o amanecer,
o templo maya
es el grano que nos cuenta
de la dualidad y complementariedad
“Cuando el sol salió se llenaron de alegría los corazones
de Balam Quitzé, Balam Acab, Mahucutaj e Iqui Balam,
grandemente se alegraron cuando amaneció… estaban allí
sobre el monte Hacabitz, cuando les amaneció,
allí quemaron el incienso y bailaron, dirigiendo la mirada hacia el oriente… allí estaban sus montañas
y sus valles”.
Así dice el Popol Vuh.
El decimocuarto es Kát,
el desarrollo o desenvolvimiento, el grano que nos cuenta
de la interconexión energética y el entendimiento de las partes.
“¡Ixtoh, Ixcanil, Ixcacan, vosotras
las que conocéis el maíz;
y tu Chajal, guardián de la comida
de Hunbatz y Hunchouén! dijo la muchacha,
y a continuación cogió las barbas, los pelos rojos de la mazorca
y los arrancó,
sin cortar la mazorca.
Luego los arregló en la red como mazorcas de maíz
y la gran red se llenó completamente”.
Así dice el Popol Vuh.
El decimoquinto es Kan la disciplina
el grano que cuenta
del movimiento sincronizado del micro y macro Cosmos.
“¡Oh tú, Huracan, Chipi-Caculhá, Raxa-Caculha,
Chipi-Nanahuac,
Raxa-Nanahuac, Voc, Hunahpú, Tepeu, Gucumatz, Alom, Qaholom, Ixpiyacoc, Ixmucané,
abuela del sol, Abuela de la luz!
¡Que amanezca y llegue la aurora!
Así dice el Popol Vuh.
El decimosexto es Kamé, el manso o humilde,
el grano que cuenta del origen, la permanencia
y el desarrollo.
“Estos son los nombres de los primeros hombres
que fueron creados y formados: Balan Quitzé, Balan Acab, Mahucutah e Iqui Balam.
Estos son los nombres
de nuestras primeras madres y padres…
fueron dotados de inteligencia;
vieron y al punto se extendió su vista, alcanzaron a ver,
alcanzaron a conocer todo lo que hay en el mundo…
en los cuatro puntos cardinales
Entonces existieron también sus esposas Y fueron hechas sus mujeres…
Caba Paluna, Chomilia, Tzunumiha y Caquixahá.
Estos eran los nombres de sus mujeres Las cuales eran Señoras principales” Así dice el Popol Vuh.
El decimoséptimo es Kéj, La banqueta espiritual, El grano que nos cuenta Del equilibrio y armonía
Fundamentados en el respeto.
“Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam Hablaron
Ellos Dijeron: Aguardemos que amanezca.
Así dijeron aquellos grandes sabios…” Así dice el Popol Vuh.
El decimoctavo es Qánil, la antorcha espiritual,
el grano que nos cuenta de la fertilidad y fecundidad,
del nacimiento de todo.
“De Paxil, de Cayalá, así llamados, vinieron las mazorcas amarillas
y las mazorcas blancas. Yac, Utiu, Quel, Hoh, Enseñaron el camino.
Y de esta manera se llenaron de alegría, porque habían descubierto
una hermosa tierra, llena de deleites,
abundante en mazorcas amarillas y mazorcas blancas
y abundante también en pataxte y cacao,
y en innumerables zapotes,
anonas, jocotes, nances, matasanos y miel,
abundancia de sabrosos alimentos….” Así dice el Popol Vuh.
El decimonoveno es Tój, la lluvia de bendiciones, el grano que cuenta
de la tridimensionalidad de correspondencia
de la relación con Ajaw, naturaleza y ser humano;
la paz, la alegría y la felicidad entre los pueblos.
“Enseguida desenvolvieron el incienso que habían traído desde el oriente
y que pensaban quemar, y entonces desataron los tres presentes
que pensaban ofrecer.
El incienso que traía Balam Quitzé Se llamaba Mixtán Pom;
El encienso que traía Bálam Acab Se llama Caviztan Pom;
Y el que traía Mahucutah Se llamaba Cabauil Pom,
Los tres tenían su incienso Y lo quemaron
Cuando se pusieron a bailar En dirección al Oriente.” Así dice el Popol Vuh.
El vigésimo se llama Tzí, diálogo o plática,
el grano que cuenta de la transparencia, del valor de la palabra,
de la actuación y del ser, son manifestación de orden,
comunicación e interacción.“Llegó aquí entonces la palabra, vinieron juntos,
Tepeu y Gucumatz,
en la oscuridad, en la noche, y hablaron entre sí
Tepeu y Gucumatz. Hablaron, pues, consultando entre sí y meditando;
se pusieron de acuerdo, juntaron sus palabras y su pensamiento.” Así dice el Popol Vuh.