Alexis Obed Ávila Bravo

Flor y canto

Un diálogo entre zambrano y el mundo náhuatl



Autor/ Author

Alexis Obed Ávila Bravo Universidad de La Salle, CDMX ORCID ID: 0000-0001-

9318-6542

Correo: alexisobedavila@gmail. com


Recibido: 30/01/2023 Aprobado: 05/03/2023 Publicado: 30/05/2023


RESUMEN

El presente trabajo revisa a los antiguos poetas del mundo náhuatl a través de la dialéctica que propuso María Zambrano entre lo divino y lo sagrado. En primer lugar, se presentan las explicaciones pertinentes acerca de la distinción entre ambos conceptos y la explicación de cada una. En segundo lugar, se usarán estos conceptos para poder analizar la figura de los poetas nahuas que utilizaban la figura de flor y canto para expresar sus inquietudes sobre el mundo, estas inquietudes eran la muerte y la mortalidad del mundo, la pregunta por el mas allá, y sobre los dioses mismos. Finalmente se presentan conclusiones acerca de lo sagrado en Zambrano partir de su pensamiento en El hombre y lo divino, por otra parte, conclusiones sobre lo sagrado desde los poetas nahuas y lo que significaban en la sociedad prehispánica.


Palabras Claves: sagrado, divino, mundo náhuatl, poeta,

filósofo.


Abstract: This paper reviews the ancient poets of the Nahuatl world through the dialectic proposed by María Zambrano between the divine and the sacred. In the first place, the pertinent explanations about the distinction between both concepts and the explanation of each one are presented. Secondly, these concepts will be used to be able to analyze the figure of the Nahua poets who used the figure of flower and song to express their concerns about the world, these concerns were the death and mortality of the world, the question of the af-terlife. , and about the gods themselves. Finally, conclusions about the sacred in Zambrano are presented based on her thoughts on man and the divine, on the other hand, conclusions about the sacred from the Nahua poets and what they meant in pre-Hispanic society.


Keyswords: sacred, divine, nahuatl world, poet, philosopher.


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  1. Introducción


    La filosofía de Zambrano nos exige recurrir a los conceptos de lo sagrado y lo divino para entenderla. Además, la pregunta por la relación entre ambos conceptos ha acompañado la comprensión de los mismos. Sin embargo, esta comprensión de la filosofía que propone María Zambrano nos permite abordarla desde diferentes lugares, que si bien, ya se ha esclarecido qué significa para ella lo sagrado y lo divino, el mundo náhuatl permite una nueva mirada hacia estos ellos. Por lo tanto, el objetivo del artículo es analizar ambos conceptos de la filosofía de María Zambrano a la luz de la poesía del México Antiguo, pues ambos conceptos permiten explicar la importancia que tienen tanto la filosofía como la poesía en el conocimiento; en segundo lugar, explicar cómo es que los poetas nahuas del México Antiguo no son ajenos a lo que propone Zambrano, de tal manera que pueda entablarse un diálogo entre la filosofía de Zambrano con la poesía náhuatl. No obstante, aunque son conceptos propuestos en contextos distintos, se ha de recalcar que Zambrano tiene presente las culturas antiguas mesoamericanas y no solamente se reduce a la comprensión de la cultura griega antigua.

    Con la finalidad de atender los objetivos propuestos, me ocuparé en esta primera

    sección de esclarecer tanto lo divino como lo sagrado en María Zambrano mediante la poesía. Como ahora se sabe, la poesía tiene en la filosofía de Zambrano una importancia peculiar, pues, es trabajo de los poetas el separarse de lo sagrado, hablo desde luego, desde la preocupación del ser humano en su constantemente búsqueda por transformar lo sagrado en lo divino porque, de otra manera, no podría tratar con una realidad que no entiende y que desconoce. El hombre solamente puede tratar con una realidad desocultada (Laguna, habitaciones del pensamiento, 2015, 27), o mejor dicho, necesita tener claras las cosas, definidas y conceptualizadas; la búsqueda de revelar lo que permanece oculto es el por qué la figura del poeta será significativa para entender la realidad.

    Recordemos que la distinción entre lo sagrado y lo divino es una distinción que Zambrano ubica en todas las culturas debido a que es su perspectiva para explicar la ontología del ser humano y de lo real. Esto nos permite el diálogo entre los conceptos que ella propone con el resto de culturas, que, indudablemente, tuvieron que tener un diálogo entre lo sagrado y lo divino al ser parte constitutiva del hombre. Dentro del mundo náhuatl la figura del sabio es diferente a Occidente, pues, el sabio nahua es tanto un filósofo como un poeta, este es un caso que detona la reflexión desde la filosofía de María Zambrano, pues el sabio ilumina al mundo y esclarece conceptos, pero también hace cognoscible aspectos de la realidad que no eran conocidos.

    “Se dió la emancipación de lo sagrado”, afirma María Zambrano (2020, 18), mostrándonos un concepto que es fundamental dentro de su filosofía; concepto que va más allá de ser utilizado para pensar la religiosidad, puesto que se erige con pretensiones ontológicas. La idea que Zambrano tiene de lo sagrado se destaca como concepto fundamental para entender la dialéctica que ella propone con lo divino, siendo ambos, parte de la realidad que convergen en el ser humano. Al establecer la especie de dialéctica “sagrado/divino” ella no quiere fundamentar por qué el hombre es un ser religioso, más bien, quiere mostrar el por qué lo sagrado es algo constitutivo para el hombre y debe formar parte de su constitución ontológica.

    Para la filósofa andaluza el ser humano se ve inmerso entre lo divino y lo sagrado, de tal manera, que lo sagrado es una parte de la realidad que no podemos conocer del todo y que nos resulta misteriosa, no puede pensarse. En cambio, lo divino es algo que es revelado en muchos sentidos, y así, puede ser pensado y conocido. Esta es la razón fundamental, por lo que ambos conceptos presentas realidades opuestas entre sí y denotan aspectos diferentes en los que se manifiesta el ser. Así, lo sagrado demuestra que para Zambrano el inicio del conocimiento no se da inicialmente como teórico, sino a manera de delirio, no de conciencia ni tampoco de manera racional.


  2. Filosofía y poesía


    Mediante la dialéctica presentada anteriormente, Zambrano logra ligar la acción del poeta con la del filósofo; el poeta es quien permite descubrir lo sagrado, y al contrario del filósofo, que se concentra en esclarecer conceptos. El poeta se configura como aquel que muestra lo que no era conocido y que tampoco se podía pensar, y el filósofo, al contrario, será quién piensa y reflexiona sobre aquello que fue dicho por el poeta. Él filósofo forma parte de lo divino porque esclarece las cosas, y, en pocas palabras, ilumina, de tal manera que la filosofía es tal a lo divino, como lo sagrado es a los poetas. Zambrano explica que “[…] bajo el logos de la poesía no encontramos la unidad -coherencia, continuidad. de alguien que no sólo da razones, sino que ofrece también razones, que tal es el filósofo”. (2020, 73).

    En este momento se presenta la tensión entre la filosofía y la poesía. Los poetas son una expresión de lo sagrado en el mundo, pues, a través del poema destruyen el lenguaje y muestran algo nuevo. Su trabajo consiste en apuntar hacia las cosas para que se puedan sentir, mientras que el lenguaje de la filosofía mantiene muy claros los significados, o al menos, eso pretende. Los significados tienen delimitadas sus fronteras y la poesía, no. Por esta razón es que el lenguaje poético es lenguaje de lo sagrado, porque permite pensar más cosas bajo el delirio, por lo que, la tensión entre filosofía y poseía, es a su vez, tensión entre lo sagrado y divino. Por tanto, la literatura y la poesía no tienen que hacerse cargo de lo que dice, como tampoco tiene la obligación de hacerlo, pues de alguna manera, bajo el sistema de María Zambrano, la poesía no se limita solamente a ser bella. La poesía tiene a su cargo mostrarle al ser humano lo que permanecía oculto, porque el poeta posee la necesidad de decir algo que se le es revelado, o qué siente. El filósofo, en cambio, es aquel que se encargará de conceptualizar, iluminar, esclarecer, etc. De esta manera ella esgrime la idea del poeta como aquel personaje que comunica al ser humano con lo sagrado.

    Incluso dentro de la historia de la filosofía la poesía ha dejado huella, vemos

    cómo los primeros filósofos hacían uso de metáforas como Heráclito, o poemas, en el caso de Parménides. Son variados los casos en los que el uso poético del lenguaje ha permitido el conocimiento de nuevas cosas. Pensemos en el caso de Parménides, cuya inspiración le ha permitido, mediante el poema, hablar acerca del ser y del uno. Zambrano encuentra en los albores de Grecia la presencia de la dialéctica sagrado/ divino en las figuras de Eros y Cronos, cuando el mundo era también explicado por la poesía. El tiempo se erige como sagrado porque destruye la claridad que nosotros como humanos tendemos a pensar bajo el lente de la organización. Sin embargo,

    siempre ha de llegar el tiempo para recordarnos que no todo es eterno, que la muerte existe. Zambrano explica lo siguiente “El tiempo es el horizonte que presenta la muerte perdiéndose en ella. Con lo que se dice que así la muerte deja de estar yacente en el fondo para los conscientes mortales y se va mas allá […] Siempre es ahora. Y si no es ahora, no es nunca, es otra vez sin el tiempo, la muerte que no es un más allá del tiempo”. (2020, 13).

    Como veremos a continuación, los poetas náhuas fueron claros observadores de esto, pues ante la preocupación por el tiempo como causa de la muerte empezaron a hacer poesía. Poesía donde expresaban esta inquietud, pues, para ellos, mediante flor y canto (in xóchitl in cuícatl) expresaban que así como la flor que se marchita, la vida del hombre se acaba, y en cambio, el canto se queda, se mantiene y sobrevive. Por esta razón la figura del poeta no era contrario al filósofo sino considerado un sabio o tlamatinime, porque eran aquellos que buscaban cuestionarse la realidad y lo manifestaban mediante la poesía.


  3. La poesía del mundo náhuatl


    La poesía náhuatl llega a presentar algunas complicaciones en su uso, a saber: su origen. En estas obras el problema recurrente es el origen de los poemas, en muchos casos, anónimos; en otros casos los poemas fueron escritos mucho tiempo después de la muerte de los autores originales. Este problema no es exclusivo de los poemas, sino también de los códices y fuentes directas prehispánicas.

    Debo señalar que la poesía en contexto náhuatl no se limitaba solamente a los aztecas. Porque los aztecas fueron el último grupo nahua en llegar al Valle de México, por esta razón se encontraron con otros grupos náhuas como los texcocanos, tepanecas, tlatelolcas, etc. Este dato permite pensar que la poesía era un asunto común y relevante a estos pueblos. Tanto Nezahualcóyotl, como los demás tlamatinime, estaban de acuerdo con que aquí en la tierra no hay nada que dure siempre, “[…] pues si la vida es siempre transitoria ¿se puede conocer sobre la tierra lo que nos sobrepasa: el más allá?” (1983, 235), y es mediante el canto que los poetas náhuas expresaban a los macehuales lo que permanecía oculto, pues, precisamente la falta de explicación última es lo que permitió que se pudieran reflexionar sobre lo que sucedía después de la muerte. Bellamente quedó expresada esta inquietud para el mundo náhuatl en el siguiente poema del tlatoani Axayácatl.


    ¿Es que ya estaba cansado,

    Venció acaso la fatiga al Dueño de la casa,

    al Dador de la vida?

    A nadie hace él resistente sobre la tierra.

    ¿Adónde tendremos que ir? Por ello la tristeza invade mi corazón. Continúa la partida de gentes,

    todos se van. Los príncipes, los señores, lo nobles

    Nos dejaron huérfanos.


    (Biblioteca Nacional de México, Canto de Axayácatl, señor de México, Cantares mexicanos, fols. 29v- 30r)


    Queda claro la incertidumbre y angustia de los nahuas frente al enigma de la muerte, claramente causada por el paso del tiempo y de la guerra, donde vemos manifiesto lo sagrado en sentido zambraniano, es decir, como aquello que no se puede controlar, una suerte de fuerza incomprensible. La razón anterior demuestra el por qué la solución de los nahuas ante esta preocupación era la flor y el canto, pues a través de sus inquietudes expresadas mediante el lenguaje poético ponían en duda lo que permanecía oculto, dudando de la veracidad de la vida después de la muerte que proponía la religión nahua.

    El ser humano, en esta cosmovisión, es un ente que sale fuera de sí para construir, porque está en el límite de lo sagrado y lo divino, por lo que es móvil y dinámico (Rivara, 2003, 64). Lo divino, entonces, surge de una angustia; surge necesariamente de algo previo que le permita existir, y lo vemos reflejado así en el pensamiento náhuatl:


    ¿Acaso son verdad los hombres? Porque si no, ya no es verdadero nuestro canto

    ¿Qué está por ventura en pie?

    ¿Qué es lo que viene a salir bien?

    ¿He de irme como las flores que perecieron?

    (León portilla, Canto nahua en Cantares Mexicanos, 2021, 95)


    Flor y canto es la evidencia del cuestionamiento náhuatl que tenían ante la fugacidad de todo lo que existe sobre la tierra, y partir de ello, la pregunta por lo que es verdadero, es decir, aquello que sí se mantenga y no perezca con el paso del tiempo. Acto seguido, el canto era lo que quedaba en el mundo una vez que ellos fallecieran, por lo tanto, es lo verdadero, en el sentido náhuatl de la palabra, cuya verdad era pensada como algo que se enraizaba. Entonces, la poesía viene a ser el puente mediante el cual podremos conocer lo incognoscible, tanto para los nahuas, como para María Zambrano. Además, el papel importante de los poetas en el mundo náhuatl consistía en guiar a los jóvenes en encontrar sus rostros y corazones, es decir, su personalidad. Cargaban con la responsabilidad de ser profesores de los jóvenes nahuas.

    Volviendo a las cuestiones entre los dos lenguajes -poético y filosófico- existe en el México Antiguo una unión entre ellos. No siempre están en una disputa. A esta unión pertenecen todos los poetas del mundo náhuatl, entre ellos destacan Nezahualcóyotl, Axayácatl, Cacamatzin y muchos más. Al considerar al poeta como presencia de lo sagrado vemos que no es solamente una situación aislada, pues a ellos se suman Dante y “la divina comedia”; el poema de Sor Juana “primero sueño”, obras que presentan el camino entre lo filosófico y lo poético. Así, se muestran que ambos lenguajes no están siempre separados, sino que forman parte de una misma dialéctica de lo real.

    Esta inquietud en el mundo náhuatl, categoría con la que explica perfectamente Zambrano la naturaleza humana, nace de la inestabilidad de los entes sobre la tierra, cuya preguntas finales quedan en cantos, que, si bien no son testimonios completos de un sistema filosófico, lo son de una profunda reflexión y del desocultamiento de

    lo sagrado. Una inquietud que nace en los corazones de los nahuas no solamente a raíz del tiempo, sino de la guerra, al menos para la sociedad náhuatl, refiriendo específicamente a los aztecas.

    Existe el caso de Axayácatl, gobernante de México-Tenochtitlán, quien reflexiona a partir de la batalla perdida ante los pueblos en Michoacán. Esta inquietud nace de la muerte por la muerte en batalla. A esto podemos recurrir a la explicación de Zambrano que nos dice que en el corazón se alojan “sentimientos inextricables, que saltan por encima de los juicios y de los que puede explicarse”. (Zambrano, 1987, 9). Existen muchas razones para pensar que mediante la poesía de los sabios del México Antiguo se recurría para expresar algo que se escapaba a lo conocido, lo que permanece oculto, ese decir, lo sagrado. Este es el caso del fracaso militar en la campaña de Axayácatl, que resulta interesante porque fue la única derrota conocida por los aztecas. Ante su desconcierto el guerrero decidió componer un poema haciendo confesión del fracaso. Nos relata Léon Portilla que fue ayudado por un anciano poeta para recordar la tristeza de los guerreros caídos en batalla (2022, 227). En su composición usó la misma metáfora que Nezahualpilli, hijo de Nezahualcóyotl, acerca de su poema de guerra: “[…] vinimos a quedar embriagados” (León Portilla, 2022, 232). Expresión que nos hace recordar que Zambrano concibe el delirio como

    un inicio del conocimiento.

    Otro caso que no guarda relación con la guerra, pero sí con el aspecto de los dioses, es el caso del famoso Nezahualcóyotl, gobernante de Texcoco, en cuyos cantos encontramos la afirmación de un dios superior, o mejor dicho, de un principio metafísico que es concebido como Ometéotl, un principio que permite explicar el origen del mundo y de los primeros dioses. Esta de testimonio el siguiente fragmento de su poema titulado “solamente él”:


    Solamente él, el Dador de la Vida. Vana sabiduría tenía yo,

    ¿acaso alguien no lo sabía? No tenía yo contento al lado de la gente. (Nezahualcóyotl, Solamente él, Poesía prehispánica:

    Flor y canto, 2022, 45)


    Numerosas veces se ha dicho que Nezahualcóyotl fue quien descubrió el dios único exponiendo ideas teológicas que para su tiempo parecían estar ocultas. De esta manera queda demostrado que en el mundo prehispánico el trabajo del poeta es también fungir como un personaje que quita el velo de lo desconocido, adentrándose en lo “sagrado”, como Zambrano misma ha establecido ésta región del ser en su dialéctica. Este factor es la razón que nos permite nos permite explicar que el hombre a lo largo de su historia siempre ha tenido como paradigma a los dioses, o Dios, como una forma de manifestar lo divino y que, además, ha formado parte de la vida humana de manera íntima. Esta divinidad mostrada mediante la poesía le daba sentido a la vida humana y la llenaba de vivencias, y que posiblemente, dio nacimiento a la filosofía y a la ciencia misma. (Zambrano, 2020, 15).

    Se afirma que el tlatoani Nezahualcóyotl era uno de estos sabios o filósofos (tlamatinime) del mundo prehispánico que hacían poseía. Piénsese por ejemplo en que él seguía las doctrinas atribuidas a Quetzalcóatl, y mediante la poseía, fue guiado por su intuición hasta llegar a formular lo que se ha llamado filosofía náhuatl (León Portilla, 1983, 112). La pregunta pertinente sería, ¿por qué el dios del que habla Nezahualcóyotl es considerado sagrado en términos de Zambrano y no más bien divino? La respuesta es porque no puede ser representado, porque es una clase de dios que no puede atraparse en una imagen; la característica fundamental de este desemboca en que se erige como un dios que no se puede ver.

    El margen de lo sagrado y lo divino está ahí, y el hombre tiene que construir su vida en el límite de ambos conceptos. En muchos momentos de la Antigüedad los dioses podían ser representados. Los dioses aztecas también eran representados, tenían un rostro, atavíos, colores, etc. Esto no sucede con el dios de Nezahualcóyotl. Pocas veces se ha representado a este dios, al menos se es mencionado en mitos de creación y en poemas como el que se ha abordado dentro del texto.

    Dentro de esta dialéctica que siempre se hace presente en la vida del hombre, bajo el argumento que Zambrano esgrime, tendríamos que preguntarnos sí siempre existirá ese horizonte de lo sagrado como algo oscuro y no revelado, es decir, sí siempre habrá algo que no queramos conocer y no podamos entender. Pues si siempre habrá un conocimiento que surge definitivamente de lo que no entendíamos, entonces la comprensión de algo debe tener como base lo desconocido, como sugiere la poesía náhuatl. La presencia de lo sagrado demuestra que siempre habrá una cuestión incognoscible del hombre que será considerada parte fundamental del ser humano y de la realidad misma exterior a él. Siempre habrá algo nuevo por conocer y la existencia de lo sagrado permitirá el nuevo paréntesis para conocer lo divino. Lo sagrado nos muestra que no podemos dudar de todo, solamente de lo que ha sido conocido y revelado.

    ¿Se irán tan sólo de mi corazón, como la flores que fueron creciendo?

    (Nezahualcóyotl, 1983, 147). Pregunta Nezahualcóyotl, con un intento de superar la muerte misma, mostrándonos así, la fugacidad de la vida por el paso del tiempo, de la transitoriedad del mundo físico. Indudablemente, el ser humano siempre se encontrará a la expectativa de la revelación que se le pueda dar. Los poetas entonces tienen a su cargo una tarea fundamental dentro del conocimiento humano, porque ellos brindarán las herramientas suficientes para que los filósofos iluminen. María Zambrano concibe una dialéctica que permite pensar problemas como la relación que guardan la filosofía y la poesía. Una relación que a veces se encontrará en disputa, y en otras ocasiones, en unión. Si bien no tienen la misma finalidad, ambos lenguajes permiten el conocimiento del humano.


  4. Conclusiones


En las páginas anteriores hemos sugerido que los conceptos de Zambrano nos permiten pensar la figura del poeta nahua por varias razones. Ella misma contempla a los aztecas dentro de su pensamiento, incluyendo las referencias a esta cultura en El hombre y lo divino: “[…] como si el antiguo sacrificio humano de ciertas religiones

-tal la azteca- reapareciese bajo otra forma; la acción vendría a ser la misma: ofrecer el corazón y la sangre” (2020, 24). Y tenemos también este otro, […] como en el caso de los aztecas, no puede reclamar nada más en el centro de la vida que el corazón sangrante de la víctima” (130). De igual manera, menciona la ciudad de México en sus orígenes prehispánicos, diciendo que “en otras ciudades, como la de México, ya se sabe que el subsuelo es de agua” (2009, 175), buscando así, explicar cómo la ciudad se relaciona con el cosmos y no debe pensarse aparte.

Esto demuestra, en efecto, la consideración misma de esta cultura por parte de Zambrano bajo la cual pueden ser pensadas. Es, por lo tanto, un interesante camino que una cultura prehispánica pueda ser pensada mediante el lente de lo sagrado y lo divino. Por otra parte, vemos una preocupación ontológica en la filosofía prehispánica cuyo problema es universal y tendría que ser necesariamente posible de ser pensado en todos los lugares y regiones. La pregunta fundamental de lo sagrado reside en qué puede ser conocido por el hombre. Bien se cuestionaban los poetas. “Totalmente nos vamos. ¡Nadie perdura en la tierra!”. (Matos, 2010, 57).

El poeta adquiere una dimensión bajo la mirada María Zambrano. Dentro de su pensamiento los poetas y literatos tienen una carga epistemológica relevante, debido a que ellos serán quienes se encarguen de mostrarnos lo sagrado en el mundo humano, y como se mencionó anteriormente, no se limita al mundo náhuatl. Los poetas nahuas al recurrir a conceptos como Quali, Mequiztli y Yaóyotl, es decir, tiempo, muerte y guerra. Buscaban expresaban mediante la figura de flor y canto los resquicios más ocultos de la realidad, el mundo de lo sagrado, como lo denomina María Zambrano.


Referencias


Rivara Kamaji, Greta. (2003). Al principio era el delirio... Reflexiones en torno a lo sagrado y lo divino en la filosofía de María Zambrano. Signos Filosóficos, núm. 9, enero-junio, 61-79. Universidad, Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, Distrito Federal, México. Accesible en: https:// www.redalyc.org/pdf/343/34300907.pdf


Rodriguez Galicia, Jorge. (2022). Poesía prehispánica: Flor y canto. México: Editores Mexicanos Unidos. Matos Moctezuma, Eduardo. (2010). La muerte entre los mexicas. Tusquets.

Laguna, Rogelio. (2015). Habitaciones del pensamiento, La ciudad en la filosofía de Zambrano. México:

UNAM.


León Portilla, Miguel. (2022). 15 poetas del mundo náhuatl. México: Planeta.


León Portilla, Miguel. (2021). Los antiguos mexicanos a través de sus crónicas y cantares. México: Fondo

de Cultura Económica.


León Portilla, Miguel. (1983). La filosofía náhuatl. México: UNAM.


Zambrano, María. (2020). El hombre y lo divino. México: Fondo de Cultura Económica


Zambrano, María. (1987). María Zambrano en Orígenes (recopilación de artículos). México: Del

Equilibrista.


Zambrano, María. (2009). Las palabras del regreso (antología). Madrid: Cátedra.