Irma Zúñiga León
Cuentos corruptos es una colección de relatos en la que se muestran, transversalmente, algunos significados del término corrupción: desde el uso cotidiano y vernáculo, hasta criterios que pueden rastrearse en textos filosóficos sobre la generación y la corrupción de los seres, la descomposición de
algo (una personalidad, una institución, una norma, etc.), el devenir y lo contingente.
Estos cuentos invitan a reflexionar sobre problemas álgidos del mundo actual, como el racismo, las denominadas opciones de género, la convivencia en un barrio, la violencia, la muerte, el perdón y la participación del padre en la crianza de los hijos. También se entretejen en la obra, de forma sencilla, hechos que evocan algunas teorías sobre la imaginación (Kant, Husserl, Sartre, Freud). Por todo eso, el libro se presenta como un estímulo para meditar sobre tópicos morales, psicológicos, políticos e incluso estéticos. En tal sentido, su valor se define tanto en el campo del arte como en el de la reflexión humanística.
En estos cuentos también se perfila cierto humor atribuido a Dios, así como un infierno que difiere, en parte, del concebido por la religión y por algunas mitologías. Probablemente, la concepción de tal infierno
tiene deudas con autores como Dostoievski, France, Sartre e incluso Kafka; pero la propuesta del libro resulta original y se abre a varias interpretaciones, las cuales se enriquecen significativamente mediante el inesperado desenlace del último cuento.
El autor utiliza varios recursos narrativos. Uno consiste en describir los hechos cual memorias de un narrador omnisciente; el otro procedimiento es introspectivo, que a veces adopta la forma de un delirio y otras de una reflexión. Hay pasajes metodológicamente inspirados en el psicoanálisis y, en determinado momento (“Los hijos de El Espinozo”) el autor recurre a la poesía. La inclusión de un genio o Ifrit vincula el libro con antiguas fantasías e incluso con el milenarismo.
Pese a tal variedad conceptual y estilística, los relatos de Cuentos corruptos son de lectura fácil y amena. Pueden ser abordados cual textos independientes entre sí; pero también es posible considerar la colección completa como un cuento hecho de cuentos.
El libro ha sido ilustrado con dibujos del conocido pintor ítalo-costarricense Álvaro Bracci, quien también aporta la estimulante imagen de la portada.
Recibido: 16/11/20 Revisado: 04/12/20 Aprobado: 09/12/20