ÓLGER VILLEGAS CRUZ 131
Ólger Villegas Cruz
Déjame beber
agua de tu fuente.
Deja que tu lluvia
moje mi camino.
Contar las estrellas
que arrullan la luna, mirar en tu cielo
los astros trillar.
Deja que esta noche
me robe un lucero.
Mágico lucero que destella amor.
Deja que esta noche
te lo entregue a ti.
Sepulto mi cansancio en el olvido ansioso de vivir nuevas quimeras
La vida a veces desfallece entre lamentos
Mas también sonríe y canta,
como la austera madrugada.
Permíteme
¡Oh Señor!, en adelante
resumir mi existencia en paz y olvido,
y así poder sacudirme hasta limpiar este rudo dramatismo
de locura.
En silencio, de puntillas,
cautamente como el hada o como un ángel
te has colado por mi ventana ansiosa y nostálgica,
como si estuvieras a la espera, con esa aura mágica
que el dios Eros provee
para embriagar nuestro espíritu,
y provocar sueños o idílicas visiones.
Así te hallé aquella vez, fragante,
dormida profundamente,
en un plácido recodo de mi vida.
Amo el universo de mis sueños. Dimensión ideal,
donde mis seres amados cantan y ríen,
sueñan y se adormecen o vagan felices en libertad,
LO QUE LA VIDA NOS ROBA 132
unidos,
dispuestos siempre a bregar
en regios y estéticos eventos cotidianos lejos de la envidia y los rencores.
Orbe noble y agraciado.
Sigo amando el bello universo de mis sueños.
Lo que la vida nos roba, en un instante,
queda guardado en el rumor de un desencanto.
Crece el sentimiento,
que en lágrimas asoma,
tras un pesar que nos amarga, ahí, en lo más hondo.
Nuestras penas toman formas, muchas veces,
de leve risa,
de furia o de amargura. Y cuando todo es calma, tras la tormenta,
silba el viento feliz desde el recuerdo.
Cosas perdidas,
que no borra el olvido.
Recibido: 07/10/20 Revisado: 21/10/20 Aprobado: 04/11/20