El muralismo histórico
Autor/ Author
Carlos Aguilar Durán
Recibido: 01/11/21 Aprobado: 24/01/21
En Costa Rica existe un vacío de imágenes e ilustraciones sobre su historia; en particular en lo relacionado con la Campaña Nacional 1856-1857. Esto me ha llevado ha proponer, por varios años, un proyecto de ilustración de dicha historia, a la que considero fundamental para la formación de la nacionalidad.
Una imagen habla más que mil palabras: nos hemos propuesto introducir al gran público, por vía de la imagen, a nuestra historia patria, de la cual, el costarricense se preocupa
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poco. Se dice que la gente no lee, de manera que, con una obra muralista desplegada en los espacios públicos se ofrece una oportunidad para que el gran público se acerque a la historia y a la expresión artística.
En los murales del Parque Mora y Cañas, hago pinturas de diversas escenas y retratos de múltiples personajes que participaron en la historia que ahí se relata. Además, se elaboró un guión, el cual fue sugerido por los historiadores Rafael Obregón Loria, Carlos Meléndez, Raúl Arias y Luko Hilge.
Otro propósito de los murales reside en el afianzamiento de múltiples valores que brotan de esta gesta, como nuestra verdadera independencia, la defensa de la soberanía, la defensa de la familia, de la libertad, etc.
Posteriormente inicié la elaboración de una serie de obras a manera de un reportero gráfico, en la cual procuré interpretar tanto los hechos históricos como los entretelones humanos de la Campaña. Así, empecé con 30 obras, que con el pasar de los años, aumentó a más de 100, las cuales fueron aprobadas para la realización de un libro por parte de editorial de la EUNED. También, realicé la museografía e instalación de las seis salas expositivas del Museo Histórico Cultural Juan Santamaría. Así, esa parte esencial de nuestra historia puede llegar a más costarricenses. En tal instalación, la Sala 6 está dedicada -específicamente- al infame fusilamiento del presidente Mora, así como de elementos que fueron testigos de estos hechos, ocurridos en la ciudad de Puntarenas y que pueden servir de base de diseño para los murales.
He realizado varios murales de gran formato
para diversas instituciones, como el INDER, el CECUDI, la Municipalidad de Grecia, el Museo Calderón Guardia, el parque Juan Santamaría, entre otros. En total, mi obra mural suma más de 800 metros cuadrados; se trata de pintura exterior en cerámica vitrificada.
El año 2006 recibo el reconocimiento Florencio del Castillo por tan importante contribución artística al tema de la Campaña Nacional. Igualmente, se me otorga la Medalla de Oro por parte de la Presidencia de la República.
Por sus condiciones propias, el mural se vincula a los espacios de convergencia social. Los soportes en los que se desarrolla permiten la apreciación y lectura desde diversas distancias, independientemente del soporte bidimensional en que se ejecuta, en tal sentido, el artista trata casi siempre describir una historia o tema social. Desde la más remota antigüedad las personas necesitan dejar su impronta, su expresión y comunicación, los muros le dan voz a veces a los que no tienen posibilidades de expresarse.
En particular, estos murales tienen propósitos didácticos y narrativos. Por su ubicación y proporciones, tienen una escala que le permite a la gente palpar y disfrutar de forma inmediata. Se sitúan entre las ilustraciones narrativas, el graffiti y el comic. La pretensión es de presentar alto colorido en la zona climática costera donde se encuentra el parque. También tiene el propósito de generar un impacto visual y un valor paisajístico al entorno. Cualquier artista del mural se topa con el manejo adecuado de las proporciones y con el propósito de establecer un diálogo con los espacios arquitectónicos.
Sobre la técnica de los murales en cerámica
La técnica utilizada es de vitrificación en losetas de cerámica de alta dureza. Se trata de una técnica conocida desde tiempos de las culturas de la Mesopotamia. Es muy resistente a la intemperie, a los solventes, los abrasivos y a los eventuales actos de vandalismo, como pintas o tachaduras reversibles. Su elaboración requiere de un gran cuidado y de la observación de muchos pasos. Cada loseta de cerámica va pintada manualmente con pigmentos minerales y óxidos metálicos en polvo, que son mezclados con un aceite especial para luego ser aplicados. Esta etapa requiere de suma delicadeza, ya que la pintura puede borrarse con el menor roce. Al hornearse a altas temperaturas, esos materiales se incorporan permanentemente al vitrificado de la loseta. Las losetas deben permanecer en el horno el tiempo necesario para
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que enfríe y así no sufra un choque térmico.
Las dimensiones de las losetas de cerámica varían de acuerdo con las dimensiones del mural. Este es pintado en andamios de estudio. El horneado se realiza en hornos especiales para cerámica; alcanzan temperaturas cercanas a los mil grados, en algunos casos dicha temperatura depende del mineral que se use para los colores, los cuales podrían borrarse o contaminarse, cambiando notoriamente los matices; además las losetas se agrietan. Por último, es instalado en el muro bajo supervisión minuciosa del artista. Es necesaria la intervención de albañiles experimentados, que conocen bien los materiales y aditivos aconsejados para este trabajo a la intemperie.